Como dice un cartel en inglés de la comedia “Inconscientes” (2004), esta película es una aventura de “proporciones freudianas”. Es que, ¿es posible que las teorías del psiquiatra suizo se estén tornando tan sexualmente peligrosas, que sea necesario darle muerte? Es 1913 en Barcelona y, sin saberlo, Sigmund Freud de visita en Cataluña está a punto de ser asesinado, y una singular pareja debe impedirlo.

Afiche de la película "Inconscientes" dirigida por Joaquín Oristell (2004)
Afiche en inglés de la película "Inconscientes" dirigida por Joaquín Oristell (2004)

Sigmund Freud es uno de los nombres más significativos y revolucionarios del siglo 20 y, más allá de si son científicamente rigurosas o no, yo simpatizo con sus teorías. Es que proponer a una sociedad conservadora que todo lo bueno y lo malo que nos pasa por la mente tiene que ver con el sexo, es simplemente un acto de rebeldía y audacia. Sin ir más lejos, en el arte marcó una importante influencia en lo que sería el movimiento surrealista, con André Breton marcando la pauta con sus escritos y poemas, y Buñuel, Max Ernst, Dalí y Roberto Matta, entre otros, explorando sueños, fantasías y perversiones para llevarlas a la pantalla y las telas. Pero al austriaco aún tiene muchos críticos y detractores, tanto como los tuvo en plena época de su apogeo.

Es lo que podemos ver en la ficción de “Inconscientes”, donde el catalán LEÓN PARDO (Álex Brendemühl), un neuropsiquiatra que tras haber sido su más acérrimo admirador y discípulo, decide que es tiempo ya de darle muerte. Corre el año 1913. En “Inconscientes”, el realizador y coguionista Joaquín Oristrell escribió junto a Dominic Harare y Teresa Pelegri, un relato lleno de humor —una comedia muy española—, pero también muy inteligente. Este animal de cine ha sido conocido preferentemente como guionista, con títulos como “¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo?”, “Entre las piernas” y “Orquesta Club Virginia”, además de una buena cantidad de series para la televisión española.

Joaquín Oristrell, director de "Inconscientes" (2004).
Joaquín Oristrell, director de “Inconscientes” (2004).

Psicoanalicemos la película

Partamos por la esposa del doctor Pardo, ALMA (Leonor Watling), una chica de buen pasar, hija de doctor y una entusiasta seguidora de Freud y de Marx, además de promotora de la instauración de La República por sobre la Monarquía y el catolicismo (“tranquilo, porque en un futuro cercano no habrá ricos ni pobres y seremos todos iguales”). Alma, que está pronto a dar a luz a su primer hijo, es definitivamente una mujer rupturista, que se pasea sin provocaciones al interior de los vestidores de hombres, con ideas y actitudes avanzadas para su época.

Su padre es el connotado DOCTOR MIRA (Juanjo Puigcorbé) y su hermana es la reprimida y celosa enfermiza OLIVIA (Núria Prims), quien está casada con el formal SALVADOR (Luis Tosar), también psiquiatra y amigo de León Pardo, el esposo de Alma. Para ellos trabaja la SEÑORA MINGARRO (Mercedes Sampietro), un ama de llaves con tendencia a empinar el codo.

Leonor Watling es Alma - "Inconscientes" (2004)
Leonor Watling es Alma – “Inconscientes” (2004)

En busca del marido perdido

De forma muy divertida el guion se sustenta sobre dos pilares fundamentales: la investigación estilo Sherlock Holmes y las teorías psicoanalíticas. Una gráfica que alude a la época del cine mudo, emula a la vez la tapa de un libro donde se titulan distintos casos a demostrar a medida que avanza la narración. “En busca del marido perdido” marca el inicio de la investigación. Alma acude donde su cuñado Salvador para pedirle ayuda, ya que su esposo León ha abandonado en extrañas circunstancias la casa y se hace imperativo encontrarle.

Aquí se alude constantemente al duelo por la muerte del padre, con una esposa que ha quedado desamparada y una ironía a la teoría, con el Dr. Mira anunciando a sus hijas que morirá dentro de seis meses. En este cuadro Alma elige a su socio de investigación, su cuñado, evidenciándose las primeras demostraciones de tensión sexual entre ambos, incrementados con la curiosidad que despierta la confesión de su hermana: el enorme tamaño del miembro de Salvador.

Luis Tosar es Salvador - "Inconscientes" (2004)
Luis Tosar es Salvador – “Inconscientes” (2004)

La mujer histérica. 4 casos

En “La mujer histérica. 4 casos”, la investigación sale a terreno. Salvador acepta acompañar a Alma a regañadientes, entregándole el título de Sherlock a ella, que es la que teoriza y decide los cursos de la pesquisa, valiéndose de la Tesis de su esposo para seguir la huella de su paradero. Es el inicio del segundo acto de la película, con Salvador introduciéndose en plenas fauces de una mafia productora de pornografía a pedido, sitio donde es confundido con actor.

La tesis de León está construida sobre la base de cuatro casos de mujeres histéricas, las que empiezan a ser buscadas por el dúo investigador. TÓRTOLA (Ana Rayo) es la primera, una bailarina con manía persecutoria que según el informe de León “despúes de llamarse Paloma y Urraca, insiste en que se llama Alondra” y que supuestamente es amante del Rey de España [1].

Núria Prims es Olivia; Mercedes Sampietro, la Señora Mingarro; y Juanjo Puigcorbé, el Doctor Mira | "Inconscientes" (2004)
Núria Prims es Olivia; Mercedes Sampietro, la Señora Mingarro; y Juanjo Puigcorbé, el Doctor Mira | “Inconscientes” (2004)

Neurosis Obsesiva

El cuadro “Neurosis Obsesiva” comienza con las consecuencias de un absurdo sumamente bien logrado: una hipnosis invertida. Alma desea descubrir en su subconsciente el rostro de alguien que salía de su casa el día que su esposo se fue, por lo que le pide a Salvador que la hipnotice. Sin embargo, el resultado resulta ser inverso.

A tal punto queda hipnotizado el psiquiatra, que le confiesa su amor a su cuñada. Luego, tras escaparse, se enfrenta a su esposa reprimida y a su suegro por no darle el cargo que éste dejará en el hospital cuando muera. Salvador, siempre cauto, libera su represión y sus emociones contenidas, sin embargo, un par de aplausos de Carlitos, el mozo, lo despiertan del trance. Es despedido del trabajo y de la casa.

Alma y Salvador en la escena de la hipnosis invertida | "Inconscientes" (2004)
Alma (Leonor Watling) y Salvador (Luis Tosar) en la escena de la hipnosis invertida | “Inconscientes” (2004)

Aquí se aprecia en todo su esplendor el éxito del concepto “dúo investigador” en la construcción de personajes: sus contrastes. Salvador es todo lo opuesto a Alma, es tradicional en su forma de ser y tradicional en su ciencia. Mientras Alma se aviva con las teorías de Freud por ser rupturistas, Salvador las encuentra absurdas y alejadas de la realidad (“los sentimientos son un desorden endocrino que no padezco”).

Y entonces entra en escena PASTORA (con una Cristina Solano magistral), una amante de las historias de las hermanas Bronté (“lo que se escribe con el coño, nadie lo iguala”), que ha sido internada por su esposo en el sanatorio de enfermos mentales, diagnosticada falsamente de estar loca. Se sincera con Alma y le explica los motivos reales de su encierro, claro que con una perfecta dosis de ironía (“descubrí que me había sido infiel desde antes de casarnos, entonces, como buena española, yo me volví una perra celosa”). Así se entera Alma de que León es un loquero corrupto que encerró a la mujer por petición de su esposo. El niño que espera Alma nace y la tensión entre nuestros protagonistas es máxima.

Núria Prims es Olivia; Mercedes Sampietro, la Señora Mingarro; y Juanjo Puigcorbé, el Doctor Mira | “Inconscientes” (2004)

Envidia de pene

El siguiente cuadro es “Envidia de pene”. En la tesis de León se describe el caso de la “Señora Ducati”, una mujer que narcotiza a su esposo en las noches gracias al laudano que le proporcionaba el propio facultativo. Ella envidiaba el prestigio, la seguridad y, por supuesto, el tamaño del pene de su marido, su símbolo de grandeza. El relato nos lleva entonces a la fiesta de los martes adonde la Sra. Ducati asiste habitualmente mientras su pareja duerme su sueño de opio.

Allí Alma y Salvador se sumergen en un submundo de gente adinerada con doble vida que han creado un espacio para la liberación de las represiones, donde los hombres se visten como mujeres y las chicas de caballeros. Es el espacio para la experimentación y la liberación sexual. Por supuesto, la verdadera identidad de la Sra. Ducati y una revelación de bisexualidad, impacta y afecta directamente a los dos héroes.

Salvador y Alma en la Fiesta de los martes | "Inconscientes" (2004)
Salvador y Alma en la Fiesta de los martes | “Inconscientes” (2004)

Tótem y Tabú

El último cuadro es “Tótem y Tabú”, que da inicio al tercer acto y desenlace de la historia. Alma no quiere seguir buscando a León. Es más, quiere estar con su cuñado e irse con él al nuevo mundo, a Buenos Aires, para hacer una nueva vida juntos. Sin embargo, la lectura del psiquiatra es distinta y por primera vez la pesquisa se divide. Salvador, como investigador solitario, sigue a la Señora Mingarro hasta el burdel que regenta el Rey. Allí obtiene más revelaciones y las respuestas finales a la identidad de las cuatro mujeres histéricas y la relación de ellas con su terapeuta, el esposo de Alma.

Pero claro, también nos enteramos de las verdaderas razones de León para querer asesinar a FREUD (Walter Kraye), el que se encuentra dando una charla al Círculo de Amigos de la Psiquiatría en el Hotel Gran Vía, con una Alma al borde del éxtasis desde que se topa con él en el pasillo y se saludan con unos susurrados guten abend, y mientras traduce las palabras de la eminencia a los asistentes, tal como lo hiciera dos semanas antes con un olvidadizo psiquiatra y neurólogo bávaro de nombre Alois Alzheimer. Genial.

Álex Brendemühl es León | "Inconscientes" (2004)
Álex Brendemühl es León | “Inconscientes” (2004)

Epílogo

Con un desenlace shakesperiano donde todos los complejos parecen converger, “Inconscientes” se transforma en una de las comedias más divertidas, inteligentes y bien construidas que he visto en los últimos años. Si sabes o no sabes algo sobre Psicoanálisis, te ríes de principio a fin igual. Esta película es un goce de la representación, gracias a un cuerpo de actores que crearon unos personajes redondos y especiales, tan españoles, tan graciosos. Watling siempre maravillosa, con su hipo y sus parálisis histéricas de pierna; Tosar con su boxeo y su bigote impresionante; o Sampietro tomando hasta el perfume. Una película freudiana, audaz y divertida.

Ves “Inconscientes” (2004) | Idioma: original castellano
Tráiler de “Inconscientes”
Banda de Sonido Original de “Inconscientes”, por Sergio Moure

[1] En 1913 el rey era Alfonso XIII, cuya salida del trono en 1931 dio inicio a la Segunda República, durante la cual se produjo la Guerra Civil Española. En el plano personal, el monarca fue conocido por su gran número de amantes, especialmente del mundo del espectáculo. La más conocida de todas, la actriz Carmen Ruiz Moragas. Pero quizás el dato más relevante para la temática de “Inconscientes”, es que en verdad él fue el precursor del “Cine Porno” en España, que en aquellos tiempos de un incipiente cine mudo, se realizaba “a pedido”. Incluso el bisabuelo de Felipe VI escribía los guiones que luego mandaba a filmar a los hermanos Baños. https://magnet.xataka.com/idolos-de-hoy-y-siempre/como-alfonso-xiii-se-convirtio-primer-gran-promotor-cine-porno-espana-1

Más información en

“Inconscientes” en Filmin
“Inconscientes” en Filmaffinity

publicado originalmente el 10/06/2007

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