Una de las obras cumbres del cine argentino, «Hombre mirando al sudeste», narra la historia de un extraño paciente que llega al Hospital Psiquiátrico de Buenos Aires a cambiarle la vida a todos. No figura en los registros de ingreso y nadie sabe nada de él, ni siquiera cómo llegó allí. El realizador Eliseo Subiela nos instala del lado del Doctor Denis, un hombre solitario y desmotivado de su profesión, que de pronto se encuentra con un caso que lo entusiasma, el de un enfermo nuevo y especial que le dice que viene de muy lejos, de otro mundo. Tanto le remueve sus estructuras que se enfrenta a dos alternativas determinantes: «o Rantés está loco como una cabra, o realmente vino de otro planeta».